Un derecho que el Estado debe garantizar
La Ley 152 “Ley de Identificación Ciudadana” fue aprobada en 1993 con el objetivo de dotar a cada ciudadano, por primera vez en nuestra historia, de un documento único de identidad que fuera válido para todas sus gestiones ante instituciones públicas y privadas. Además, ese documento, denominado Cédula de Identidad y emitido por el Consejo Supremo Electoral (CSE), se utilizaría para ejercer el derecho al voto en todos los procesos electorales.
El fracaso del nuevo formato de cédula
A partir de 2010 se estableció un nuevo formato para la Cédula de Identidad con un costo de C$ 300, lo cual es tres veces más que el costo de la Licencia de Conducir, que se emite en un formato similar. La migración al nuevo formato ha sido lenta y la Asamblea Nacional ha aprobado sucesivas reformas a la Ley de Identidad Ciudadana para prorrogar la vigencia del formato original.
La última de estas prórrogas venció el pasado 30 de abril, por lo que, si no se aprueba una nueva reforma, todos los ciudadanos estarán obligados a comprar el formato nuevo. Con su tradicional secretismo, el Consejo Supremo Electoral no brinda información sobre el número de ciudadanos que aún utilizan el formato antiguo, los cuales según cálculos extraoficiales son más de un millón, quienes estarían siendo privados de ejercer su derecho a la identidad.
En más de dos décadas de vigencia de esta ley, no se ha logrado el objetivo de que cada ciudadano tenga su Cédula de Identidad, pues no existe un procedimiento de cedulación accesible para habitantes de zonas alejadas de los núcleos urbanos y tampoco se ha implementado la cedulación de los nicaragüenses residentes en el exterior, como está previsto en dicha ley. Tampoco contamos con un censo reciente y por tanto se desconoce cuántas personas mayores de 16 años que residen en Nicaragua, continúan sin cédula.
Una nueva cédula puede llegar a costar más de C$4,000 para algunos nicaragüenses
Debemos tener presente que, aunque el costo de una cédula es de C$300, la cantidad que deben pagar muchos ciudadanos para tramitarla es considerablemente mayor. La primera dificultad, sobre todo en zonas rurales, es la falta de una partida de nacimiento, por lo que antes de solicitar la cédula debe tramitarse una reposición de partida, cuyo costo puede superar los C$2,000. Por otra parte, los ciudadanos se ven obligados a realizar múltiples viajes desde sus comunidades hasta el CSE y la Alcaldía de sus municipios. En resumen, hay ciudadanos que gastan más de C$4,000 para obtener su cédula.
La cédula: herramienta para el FRAUDE
Adicionalmente y sobre todo en períodos electorales, al estar los CED y CER bajo el control del FSLN y del PLC, obstaculizan la emisión y entrega de cédulas a quienes no sean afines a sus partidos políticos. Además, a los simpatizantes del FSLN, las cédulas se les tramitan y entregan de casa en casa, y el Ministerio de Educación facilita el ingreso a las secundarias públicas para iniciar cedulación de los estudiantes de familias sandinistas, que están próximos a cumplir los 16 años. Los jóvenes de familias opositoras no son tomados en cuenta y por tanto deben realizar su solicitud por la vía “normal” y con grandes dificultades.
El mandato de la Ley 152 de otorgar al CSE la dirección y control total sobre la cedulación, pudo haber sido adecuado si el CSE hubiera conservado su carácter de institución independiente con actuaciones apegadas a la Ley. Sin embargo, los pactos políticos lo convirtieron en una institución carente de transparencia, que utiliza la cedulación y el padrón electoral como instrumentos para implementar fraudes electorales.
Una solución para ayer
Es innegable que, para garantizar el derecho a la identidad a todos los ciudadanos, el sistema de cedulación debe ser objeto de una profunda reforma, que retome las mejores prácticas de otros países de la región y aproveche los avances tecnológicos.
Sin embargo, en las actuales circunstancias, cuando los nicaragüenses estamos exigiendo que se nos restituya el derecho a elegir mediante elecciones libres y adelantadas, es urgente que todos los ciudadanos tengamos una Cédula de Identidad vigente y que sea depurado el padrón electoral.
¿Qué hacer?
Para lograr ese objetivo, es necesario proceder en el más corto plazo a:
- Garantizar la debida atención al público en cada Alcaldía Municipal y/o Oficina de Cedulación Municipal (153 municipios).
- Instruir a los Registros Municipales de las Personas, administrados por las Alcaldías, que faciliten y agilicen los trámites de reposición de partidas de nacimiento.
- Implementar, conforme establece la Ley, el proceso de cedulación en todos los Consulados de Nicaragua en el exterior.
- Facilitar a todos los estudiantes que cumplen 16 años, los trámites y entrega de cédulas en sus centros de estudio.
- Establecer un plazo de un año para que todos los ciudadanos que aún tienen su cédula en formato antiguo la sustituyan gratuitamente por el nuevo formato.
- Publicar en las afueras de los locales que usualmente funcionan como Centro de Votación, el padrón electoral fotográfico (pasivo y activo), para que la población pueda hacer su propia auditoría, identificando fallecidos, traslados de domicilio, etc.
- Adquirir una aplicación tecnológica de reconocimiento facial y dactilar, que permita eliminar del padrón electoral todos los registros duplicados.
- Crear mediante ley una Comisión Nacional de Cedulación facultada, tanto para supervisión del proceso como para recepción de denuncias y apoyo ciudadano, habilitando un sitio web, una línea whatsapp y una línea telefónica.
- Adquirir e implementar un sistema de verificación para ejercer el voto, mediante el registro de la huella digital del ciudadano.
- Transparentar los ingresos del CSE mediante depósitos a la Cuenta Unica del Tesoro para efectos de financiar parcialmente lo anterior.
- Solicitar a la OEA la inclusión en su proyecto de Reforma Electoral, la supervisión y financiamiento de lo que consideramos INDISPENSABLE en materia de cedulación.
La adecuada implementación de estas medidas puede resolver a lo inmediato, que todos los ciudadanos tengamos una Cédula de Identidad que nos permita participar en el próximo proceso electoral con un padrón medianamente confiable.
Sin embargo, una vez restaurada la democracia, para iniciar la modernización de nuestro sistema de identificación ciudadana y garantizar que NUNCA MÁS la cedulación sea manipulada con fines electorales, Nicaragua debe destinar tiempo y recursos a crear un Instituto de Identificación Ciudadana, totalmente independiente del Poder Electoral.
Por Kitty Monterrey