Nos acercamos al final del 2020, un año que ha sido de sufrimiento para los nicaragüenses, porque además de la crisis que ya vivíamos por la represión, la falta de libertades y el aumento de la pobreza, nos golpearon múltiples tragedias que han llenado de luto a muchas familias.
Sin embargo, la Navidad, que es tiempo de unión y esperanza para todos los cristianos, nos permitirá recuperar fuerzas para seguir adelante, como familias y como pueblo, con la certeza absoluta de que Dios nunca nos abandonará.
Es momento de tender la mano a quienes más lo necesitan, es momento de reflexionar y prepararnos para que el próximo año 2021 iniciemos una verdadera reconciliación y trabajemos juntos para encontrar una solución cívica a la mayor tragedia que nos ha tocado vivir. Es momento de rescatar la política y transformarla, para que sea un instrumento en manos de todos los ciudadanos, que nos ayude a construir una Nicaragua libre y justa, basada en principios y valores que fortalezcan a la familia como base fundamental de nuestra sociedad.
La unidad y la división son mitos forjados por un grupo reducido que se aferra a las prácticas caudillistas del pasado, para tratar de controlar la voluntad de una inmensa mayoría de nicaragüenses que ya está decidida a luchar cívicamente, y cuando llegue el momento va a caminar unida hacia la libertad. En 2021 debemos juntarnos, empezando por los liberales, alrededor de una propuesta que nos lleve a construir ese país donde todos podamos progresar en libertad.
No podemos transitar hacia un socialismo disfrazado de progresismo, ni hacia la entronización de nuevos caudillos. Es nuestro deber histórico sentar las bases de una democracia duradera, construida por todos los que anhelamos una Patria en paz y libertad. Ya está llegando el momento de que cada uno de quienes nos oponemos a este régimen, decidamos de qué lado de la historia habremos de situarnos.
El sufrimiento de los presos políticos -cuya libertad no nos vamos a cansar de exigir- el dolor de las familias de las víctimas de la represión, de los exiliados y los perseguidos, nos debe comprometer a asumir responsabilidades para superar la crisis que vivimos. Un atropello más del régimen, ahora aprobando una ley que pretende confiscar los derechos de participación política de los ciudadanos opositores, no impedirá que continuemos organizándonos para alcanzar cívicamente nuestra libertad.
Los Ciudadanos por la Libertad hemos asumido el compromiso de promover una oposición con principios éticos y visión de largo plazo, que retome los valores cristianos y el amor a la libertad que nos caracteriza a los nicaragüenses. Con esa determinación nos preparamos para ser parte de una gran alianza ciudadana, capaz de exigir y alcanzar en 2021 las reformas electorales que nos devuelvan el derecho de elegir.
Debemos reflexionar sobre los errores y los aciertos, para cerrar un capítulo de frustraciones y abrir uno nuevo con propuestas concretas y realistas sobre el país que queremos y cómo lograrlo. Y eso debe incluir un sistema de pesos y contrapesos que eviten la concentración de poder y garantice que jamás volveremos a vivir bajo una dictadura.
Desde Ciudadanos por la Libertad deseamos a todos una Navidad en paz y oración, con la esperanza de un año 2021 que nos abra el camino para una Nicaragua en Libertad. Y como nunca podrán prohibirnos rezar, recemos todos para que Dios en su infinita misericordia nos libere de esta dictadura.
¡Adelante Ciudadanos!