Este 23 de marzo se cumple el 33 aniversario de la firma de los acuerdos de Sapoá entre el régimen sandinista de los años ochenta y miembros la Resistencia Nicaragüense, en la búsqueda de poner fin a una guerra civil que cobró la vida de más de cincuenta mil nicaragüenses.
Oscar Sobalvarro, actual Vicepresidente Nacional de Ciudadanos por la Libertad, conocido como “Comandante Rubén”, era entonces miembro del Estado Mayor de la Resistencia Nicaragüense y firmante de los Acuerdos de Paz, definió esa etapa de nuestra historia, como la voluntad política de los miembros de la Contra de buscar una salida a la crisis de la guerra que agobiaba al pueblo.
“Por eso aceptamos ser parte de ese diálogo representado por los miembros del Directorio Político y la parte militar que nos encontramos en el lugar fronterizo de Sapoá, aunque en ese momento no significó el desarme de la resistencia que pretendía el régimen, era la esperanza del pueblo nicaragüense que cesara la guerra y buscar una salida a través de las elecciones nacionales”, recuerda el “Comandante Rubén”.
Dentro de los acuerdos de Sapoá estaba el compromiso de la Resistencia Nicaragüense de entregar sus armas a cambio que el sandinismo garantizara en 1990 unas elecciones nacionales libres y transparentes con la participación de observadores nacionales e internacionales.
“Gracias a ese compromiso, la Unión Nacional Opositora pudo realizar su campaña electoral, quizá no en las mejores condiciones, pero muchos regresaron del exilio, para participar de ese ejercicio civil y nuestras unidades militares promocionaron el voto a favor de la expresidenta Violeta Barrios de Chamorro”, resalta el Vicepresidente Nacional de Ciudadanos por la Libertad.
Pedro Joaquín Chamorro Barrios, miembro del Directorio de la Contra
La firma de los Acuerdos de Sapoá de hace 33 años, abrió la posibilidad del retorno de miles de nicaragüenses que se encontraban exiliados del país, ante la persecución que desató la dictadura sandinista de los años 80, cuando tomó el poder con las armas en 1979, ante la derrota de la dictadura de Somoza.
Pedro Joaquín Chamorro Barrios era parte del Directorio Político de la Resistencia Nicaragüense y previo a la firma se encontraba exiliado en Costa Rica.
“El Directorio de la Resistencia Nicaragüense al 20 de marzo de 1988, se dio cita por la noche en el Hotel La Escuela en Liberia Costa Rica, para trazar la estrategia de negociación designado a tres miembros del directorio, para encabezar el equipo negociador de los acuerdos de Sapoá, entre ellos Adolfo Calero, Alfredo César y Arístides Sánchez, los demás permanecimos en Costa Rica a espera de los resultados de las negociaciones”, narró Pedro Joaquín Chamorro.
Chamorro considera que uno de los puntos clave fue el compromiso de ambas partes de cesar las operaciones militares ofensivas en todo el territorio nacional por un periodo de 60 días a partir del primero de abril de 1988, para luego pasar a un proceso integral del cese al fuego definitivo.
Recuerda que dentro de los testigos estaba el Cardenal Miguel Obando, Obispo de la Arquidiócesis de Managua y el Embajador Joao Clemente Baena Soares, Secretario de la Organización de los Estados Americanos.