Los nicaragüenses iniciamos 2021 unidos en el deseo de alcanzar finalmente nuestra libertad, pero esa libertad solo llegará como producto del trabajo incansable de todos.
Y en los próximos meses debemos avanzar decididos hacia un objetivo compartido, superando juntos todas las dudas, obstáculos y diferencias que nos alejan de la Nicaragua que queremos.
Ya es tiempo de reencontrarnos, ya es tiempo de unificar esfuerzos en un proyecto comprometido con la democracia y la libertad, que nos garantice prosperidad y paz duradera.
Los nicaragüenses no estamos solos, el mundo entero continúa exigiendo el restablecimiento de la democracia en Nicaragua. Pero ese respaldo es un complemento del trabajo que nos corresponde hacer internamente como sociedad, desde nuestras organizaciones, desde nuestras comunidades y desde nuestras familias.
Es responsabilidad de cada uno de nosotros, emprender acciones concretas que incrementen las presiones a este régimen, para hacerle ver que no tiene otro camino que dejar el poder ante el rechazo decidido de todo un pueblo.
Hace doscientos años nos convertimos en una Nación independiente, decidimos responsabilizarnos por nuestro destino. Han sido dos siglos difíciles y dolorosos, durante los cuales cometimos errores, pero también demostramos firmeza y heroísmo, defendiendo la libertad y los valores éticos, cristianos y cívicos, que nos definen como Nación.
Para conmemorar el Bicentenario de nuestra Independencia y honrar a quienes dedicaron su vida a defenderla, en 2021 debemos ser capaces de liberarnos de esta dictadura, independizándonos de proyectos totalitarios, de fallidos experimentos socialistas, de caudillos populistas y de discursos de odio, que fabrican conflictos para mantenernos divididos.
Debemos iniciar con paso firme este tercer centenario de vida independiente, cerrando las puertas a la dictadura y reafirmando nuestra capacidad de vivir en paz y libertad.
Las leyes represivas impuestas en vísperas de este año electoral, son otro esfuerzo desesperado del régimen para provocar temor e inmovilizarnos, para hacernos creer que unos pocos pueden seguir imponiendo su voluntad por la fuerza sobre todo un pueblo.
Pero la historia ha demostrado que este pueblo siempre ha sabido recuperar su libertad, y este año, si trabajamos juntos con objetivos claros, vamos a alcanzar de manera pacífica esa Nicaragua verdaderamente libre y con un gobierno legítimo, donde haya derechos para todos y oportunidades para que cada nicaragüense pueda salir de la pobreza.
La dictadura y la pandemia han provocado una profunda crisis que está destruyendo el país; y solo vamos a poder superarla fortaleciendo a la oposición alrededor de un proyecto de Nación, que presente, con sentido de reconciliación, propuestas concretas y realistas sobre cómo transitar hacia la democracia.
Debemos hablar con la verdad, planteando claramente lo que tenemos que hacer para pasar de la Nicaragua que tenemos a la Nicaragua que queremos:
• Una Nicaragua libre y democrática.
• Una Nicaragua que proteja a la familia, base fundamental de la sociedad, con salud, educación y vivienda para todos.
• Una Nicaragua próspera, donde mejore la calidad de vida de todos los ciudadanos.
Y lo podemos lograr juntos, si con ese espíritu de Abril apoyamos una agenda común en la que tengamos una Nicaragua donde no existan presos ni perseguidos por pensar diferente, donde no sea necesario emigrar por persecución política o por la falta de oportunidades, donde nuestros vecinos sean nuestros hermanos, una Nicaragua donde exista justicia y no venganza.
Y el primer paso para alcanzar esa Nicaragua son las elecciones libres y transparentes, para que todos podamos decidir, sin violencia, con nuestro voto, quienes serán nuestros gobernantes y cuál será el programa de trabajo para construir juntos la Nicaragua que queremos.
Por eso, al iniciar esta etapa decisiva en nuestra lucha cívica, los Ciudadanos por la Libertad hacemos dos vehementes llamados a todas las organizaciones verdaderamente opositoras:
• Un llamado a que exijamos de forma unánime, sin reservas ni agendas particulares, la implementación de las reformas electorales necesarias para devolvernos el derecho a elegir con nuestro voto, cuyas pautas están contenidas en la resolución aprobada el 21 de octubre del año pasado en la Asamblea General de la OEA.
• Un llamado a que asumamos públicamente como propio el reto que se han propuesto los Obispos de la Conferencia Episcopal, quienes han expresado su voluntad de acompañar al pueblo nicaragüense en este año electoral, para que sea un año sin violencia.
Si queremos que 2021 sea el año cuando recuperemos nuestra libertad, es el momento de que los ciudadanos hablemos como una sola voz, de que avancemos juntos con decisión, de que enfrentemos la incertidumbre con propuestas concretas y la represión con más trabajo y organización.
¡Adelante Ciudadanos!