Pedro Joaquín Chamorro
Por mi nombre y por mi apellido, desde muy joven sentí la responsabilidad ciudadana de participar en la política, haciendo honor al legado de mi padre y de mis antepasados, contribuyendo así con mi granito de arena, a forjar una Nicaragua libre y democrática, asegurándome siempre de estar en el lado correcto de la historia.
Llegamos al cuarto aniversario de la proclamación del Partido Ciudadanos por la Libertad, primero como movimiento político surgido ante el zarpazo de la dictadura el 15 de junio del 2016, cuando la Corte Suprema de Justicia (CSJ) rechaza el recurso de amparo del acto que nos arrebató la personalidad jurídica como Partido Liberal Independiente (PLI), el cual a su vez había aglutinado a todas las fuerzas opositoras en la Coalición Nacional por la Democracia (CDN).
Era un zarpazo no solo contra el partido, sino contra la democracia porque al inhabilitar la casilla 13 del PLI, la dictadura se aseguraba que no iba a tener una verdadera oposición en las elecciones programadas para noviembre del 2016, las que como era de esperarse, fueron una farsa electoral con una abstención record en la historia.
Era la segunda vez que nos arrebataban la personalidad jurídica a nuestro partido. En febrero del 2008 nos quitaron la de ALN, pero lugar de amilanarnos y decir, se acabó, hasta aquí llegamos, decidimos forjar un nuevo partido y ese día 15 de junio al recibir la notificación de la Corte, se proclamó el Movimiento Ciudadanos por la libertad.
Poco después, el 19 de julio, el Consejo Supremo Electoral (CSE) completaba el zarpazo de la dictadura, destituyendo a 28 diputados electos democráticamente (entre ellos yo) bajo la “Alianza PLI” para el período 2012-2017. Tal parecía que habíamos llegado al final de la ruta cívica.
Pero no para un grupo de ciudadanos de ideología liberal que decidimos crear un nuevo partido de raíz, con bases y estructuras probadas en el fogueo político desde el MVE pasando por la ALN, el PLI, hasta llegar a constituirnos en un nuevo partido político opositor.
Me motivó la vocación democrática que me inculcaron mis padres, mi ideología liberal y ver aquel vacío en la aún casa del partido PLI, donde días antes pululaban los candidatos, ahora frustrados, de los diferentes partidos que conformaban la Coalición Nacional por la Democracia. Entre más vacía veía aquella casa, mayor era mi motivación de apoyar aquella causa.
Fue así, como luego de llenar todos los requisitos de ley para constituirnos en partido, un grupo de unos 300 ciudadanos fundadores fuimos al CSE el 28 de noviembre del 2016 a solicitar nuestra personalidad jurídica a entregar los requisitos y solicitarle a este organismo su presencia en todas las asambleas municipales y departamentales, que por la ley electoral debíamos de conformar, para la elección de sus respectivas directivas.
Fue un largo proceso de 5 meses sin recursos, de arduo trabajo en el territorio, y de mucho sacrificio de equipo, hasta que finalmente un 2 de mayo del 2017 el CSE reconoció la personalidad jurídica al Partido Ciudadanos por la Libertad, hoy en día el principal vehículo electoral de la oposición democrática.
Termino diciendo, que siento orgullo de pertenencia al partido Ciudadanos por la Libertad. Es un gran equipo de personas comprometidas con el restablecimiento de la democracia en Nicaragua forjando la nueva república soñada por nuestros héroes y mártires de todas las épocas.
El autor es miembro fundacional del Partido Ciudadanos por la Libertad