Pedro Joaquín Chamorro
Según el instituto Cato de Estados Unidos y Fraser de Canadá, Nicaragua ocupa el lugar 153 de 165 países evaluados en el índice de Libertad Humana en un informe dado a conocer poco antes de la Navidad.
Esto no es sorprendente porque todos sabemos y ha sido denunciado ampliamente en los foros internacionales que la palabra libertad se achica cada día más en Nicaragua, por lo tanto, son miles de familias las que por diversas razones no pasaron ayer una “feliz navidad”.
Unos porque sus familiares están presos, otros porque están desterrados en el exilio y no pueden visitar a sus familiares que aún están en Nicaragua, ya no se diga, los que están guardando prisión por motivos políticos o están confinados a sus casas bajo el régimen de arresto domiciliario.
En Nicaragua no existe la más básica de todas las libertades del ser humano, que es la libertad de expresión y pensamiento, por una opinión desfavorable al régimen en un chat de WhatsApp muchos nicaragüenses han guardado prisión y han sido desterrados. La dictadura no tolera la disidencia ni siquiera dentro de sus propias filas.
La libertad la tiene solo la familia gobernante que manejan el país como una finca privada, el colmo de la obsesión patológica de la dictadura contra la libertad es que han prohibido el ingreso de la Biblia a los viajeros “para que no tengan problemas” al entrar al país.
Con la Navidad celebramos la venida de Cristo Jesús al mundo que vino a liberarnos y es irónico que lo hagamos bajo un régimen que priva de libertad a sus ciudadanos por las razones mas diversas e inverosímiles, ahora incluso pretendiendo que no lean las sagradas escrituras quizás porque las encuentran “subversivas y golpistas”.
Navidad sin libertad es más triste que no poder soñar.
Llevo 5 años sin poder disfrutar de la navidad en plena libertad: un año preso, otro bajo arresto domiciliario y tres en el exilio, lejos de familiares y amigos, lejos de mi terruño. Ojalá el niño Dios nos regale el tesoro más preciado el año próximo: la libertad. Pudiera ser que tarde más, pero indefectiblemente, ese día llegará.
Mientras llega ese día, debemos de poner todo nuestro empeño por recuperarla plenamente para que podamos celebrar la Navidad y la llegada de un nuevo año en plena libertad.
El autor es periodista, político y escritor nicaragüense, expreso político desterrado y autor del libro testimonial “Destinos Heredados” y “Un cauce hacia la democracia”. Fue Co director de La Prensa de 1981 a 1984

