Los nicaragüenses arribamos al Bicentenario de nuestra Independencia con orgullo patrio y anhelos de paz, libertad y democracia. Teniendo presente una historia de perseverancia, valor y sacrificio, estamos decididos a trabajar para superar cualquier obstáculo y construir un país donde podamos juntarnos y progresar todos, con pleno respeto a las diferencias y amparados por leyes justas que sean obedecidas por gobernantes y gobernados, donde el respeto a la persona humana sea un valor supremo.
Para los nicaragüenses el Bicentenario de la Independencia debe ser tiempo de reflexión, para aprender de los errores y retomar el ejemplo de quienes con su sacrificio han contribuido a engrandecer la Patria.
Esta conmemoración nos invita a reafirmar nuestros valores nacionales y los principios universales de libertad, que son fuente de paz y unidad, y a refundar nuestra Nación, dando lo mejor de nosotros y trabajando en cada uno de nuestros espacios para hacer realidad este propósito.
Es hora de que nuestro país inicie el camino hacia el Tricentenario con esperanza fundada y optimismo en que los nicaragüenses somos capaces de construir una Nación donde impere la libertad duradera, la democracia, la justicia y el Estado de Derecho.
Atrás deben quedar las viejas prácticas de la intolerancia, del sectarismo y del autoritarismo, que han sido un fracaso para la buenandanza del desarrollo de nuestra Patria.
Todos los nicaragüenses debemos entender que la crisis nacional que nos agobia no se resolverá imponiéndonos por la fuerza, ni encarcelando a los opositores políticos, ni descalificando e ilegalizando a quienes piensan diferente, ni acallando las justas demandas de la ciudadanía.
Los países que más han logrado avanzar en la superación de la pobreza y la construcción de sociedades democráticas han sido capaces de generar consensos nacionales y construir instituciones sólidas que trascienden a los gobiernos de turno, de aprobar leyes justas y cumplirlas todos, de elegir gobernantes libremente y reconocer la alternabilidad como un hecho natural en democracia, reconociendo que toda sociedad es diversa, pero que podemos unirnos alrededor de valores y objetivos que todos compartimos, que son la guía para abordar los problemas nacionales.
En el Bicentenario de la Independencia, los Ciudadanos por la Libertad y todos los nicaragüenses que amamos la libertad, seguimos firmes en nuestro propósito de contribuir la construcción de esa sociedad libre, abierta y desarrollada, y convencidos de vamos a ser capaces de encontrar caminos para transitar cívicamente hacia una democracia duradera.
Con esta convicción, seguimos demandando el respeto a la integridad y la liberación de los presos políticos, la restitución de nuestra personalidad jurídica arbitrariamente cancelada y una transición democrática que inicia por elecciones libres, transparentes, observadas y competitivas.
¡Nicaragüenses, ¡que la esperanza nos guíe en el Bicentenario!