Exhortamos a la Conferencia Episcopal de Nicaragua y a los miembros de la mesa de diálogo a asumir posiciones firmes de manera inmediata para alcanzar una solución cívica que evite más derramamiento de sangre y nos garantice a los nicaragüenses vivir en paz, libertad y democracia.
Reiteramos nuestra exigencia al gobierno de Daniel Ortega de que cese de una vez por todas la represión policial y paramilitar contra el pueblo nicaragüense que se manifiestan en todo el país, con la justa exigencia de tener un gobierno legítimo y democrático.
Valoramos como muy positiva para Nicaragua la anuencia que por fin ha expresado el gobierno para que una Misión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), realice Visita de Trabajo en el menor tiempo posible, con el objetivo de observar y documentar las graves violaciones a los derechos humanos que se han venido dando, especialmente las denuncias de ejecuciones extrajudiciales y la situación de los derechos humanos en general.
Confiamos en que la presencia de la CIDH, que debe ser inmediata, contribuya al cese de la represión y la violencia que sigue provocando muertos, heridos y destrucción, y que pueda crearse un clima de estabilidad para el diálogo nacional.