Sellin Figueroa
Analizando el informe de ejecución 2020 de la Alcaldía de Managua (ALMA), presentado el jueves 18 de febrero en sesión del Concejo Municipal, me encuentro con un sinnúmero de párrafos con basta retórica que engrosan información sin precisar detalles que compromete la trasparente rendición de cuentas.
El origen y antecedente de este informe empieza con la presentación del anteproyecto de ley de presupuesto general (PG) con fecha limite al 15 de octubre de cada año para ser sometido a una comisión especial y dictamine lo que sería la aprobación del nuevo PG en el Concejo como máxima autoridad del gobierno municipal que regirá siguiente año y con lo cual la máxima autoridad administrativa define sus programas de inversión y desarrollo.
Como servidor público y apegado a las obligaciones de fiscalizar los recursos de nuestros contribuyentes es imperioso recordar que esta administración al principio pretendió jugar con la inteligencia de todos los managuas, prometiendo, como mago con una varita mágica un PG mayor a los 7,300 millones de córdobas, una cifra nunca antes invertida y queda claro tenía como fin vendernos una falsa normalidad y proyectar una percepción de recuperación inmediata; pero era un espejismo, y lo que se escondía detrás era un incremento onerosos en el Impuestos sobre Bienes Inmuebles (IBI), tasas dolarizadas por servicios en los cementerios, persecución judicial, aumento exponencial de las auditorías a principales empresas generadoras de empleo formal, ejecución de cientos de operativos para alimentar el Depósito Vehicular; Al mismo tiempo despilfarro desmedido que se demuestra con la receta de cuantiosa cuota de combustible al Vicealcalde, ¿cómo será el resto? Para ello tuvieron que sacrificar la rehabilitación del emblemático parque de las piedrecitas para alimentar sus tanques de combustible negándole el derecho a la niñez del Distrito dos a la recreación sana.
Apenas en sus años mozos 2017 alcanzaron un PG poco más de 5,400 millones y ahora en 2020 con todos esos instrumentos de coerción sacaron menos de 4,976 millones de córdobas. No bastó el soporte financiero del Presupuesto General de la Republica para cumplir las metas que de forma discrecional las autoridades nacionales asignan a la comuna capitalina que es la niña de sus ojos, mientras les quita más del 60% de sus recursos al resto de las 152 alcaldía incumpliendo la ley de transferencias Municipales y de esta forma saboteando el desarrollo y progreso del resto de los nicaragüenses, pero principalmente aquellas de bandera opositoras.
Sí tuviéramos que poner nota a la administración sandinista de ALMA, sería una calificación deficiente, por la desconexión con la realidad de su entorno para establecer las proyecciones financieras, todo hace indicar que por la ambición del poder prefieren desbaratar las bases institucionales mandando un mensaje negativo a la sociedad y a la inversión privada que es el motor y generador de empleos de calidad.
Dos hechos marcaron la directriz al recorte presupuestario 2020 que por motivaciones de fuerza mayor sellaron negativamente el desarrollo del mismo; una fue la ingrata visita del COVID-19 que al principio la alcaldesa Reina Juanita Ruedas se gastaba discursos retóricos, siguiendo el guion del nivel central e ignorando el verdadero impacto que estremecería a muchas familias de la capital. Para continuar la narrativa siguieron con la política del secretismo usando una institución pública como si fuera finca privada; ocultando la información estadística de la administración de cementerios brindada cada año, luego se desnuda el abuso de poder y se deja evidenciada las violaciones al debido proceso por construir una obra denominada “Campanario de la Ilegalidad”. Ya inaugurada hasta entonces como camina el cangrejo someten la primera modificación para integrar en la cartera de inversión 2020; este hecho demuestra la falta de autonomía municipal que exige la sociedad para dar balance y contrarrestar las células cancerígenas que carcomen la función pública, como son la falta de transparencia y respeto al imperio de la ley, lo anterior potencia la corrupción, abuso del poder, tráfico de influencia; y usted que se encuentra a las puertas de un eventual proceso electoral le invito reflexionar porque su decisión marca tendencia en las encuestas; ¿queremos continuismo o un cambio?
El autor es concejal ante la alcaldía de Managua por el Partido Ciudadanos por la Libertad