Carlos Fornos miembro de la juventud de Ciudadanos por la Libertad del municipio de San Sebastián de Yalí de apenas veintiún años de edad relata la odisea vivida en los últimos meses de crisis sociopolítica, su único delito fue manifestarse en contra de las acciones represivas del gobierno Ortega-Murillo.
Este joven relata que todo inició tras dar a conocer su posición crítica en las redes sociales, denunciando la violencia que el gobierno ejercía en las protestas sociales que demandaban justicia y democracia.
Los comentarios denigrantes y amenazas no se hicieron esperar ya que muchas veces fue atacado a través de mensajes de texto personales en sus redes sociales, donde lo acusaban de ser el principal actor intelectual de la destrucción de espacios públicos en su municipio.
También lo señalaban de “desestabilizador” “tranquista” y lo vinculaban de haber promovido un tranque en la salida de la ciudad de Estelí.
Cuenta que su espíritu era más grande que el miedo que podía provocarle el asedio que ponía en peligro su vida, en una ocasión fue asaltado por sujetos desconocidos mientras se trasladaba a su trabajo, no interpuso la denuncia ante las autoridades correspondientes dado a la nula confianza que dicho órgano ha creado en los meses posteriores a la crisis.
Aún en estas circunstancias varias veces decidió salir a las calles a protestar en contra del régimen, comenta que desde donde se encontraba se las ingeniaba para ejercer de forma cívica su derecho a la protesta.
Este joven procedente de una de las zonas más frescas del país, se ha destacado por su participación cívica y además por sus reconocimientos obtenidos en diplomados de Liderazgo donde ha demostrado sus habilidades proponiendo proyectos creativos e innovadores para contribuir al desarrollo de su municipio.
Su liderazgo provocó que fuera víctima del régimen y un perseguido político esta situación lo llevó a tomar en el mes de agosto la decisión de migrar a Costa Rica y solicitar refugio en ese hermano país.
Una dura situación en Costa Rica
Estando en Costa Rica lo reciben unas amistades, pero al poco tiempo decidió alquilar un cuarto para poder independizarse tenía las esperanza de encontrar un trabajo para poder sufragar sus gastos, pero a las empresas que iba ha tocar puertas le pedían un permiso laboral, a lo inmediato visitó las autoridades de Migración quienes le respondieron que hasta en enero le podrían facilitar ese documento.
«En Costa Rica la vida es muy cara y sin un empleo no puedes tener estabilidad y no quería seguir siendo carga de mis amigos, por lo cual decidí regresar nuevamente a Nicaragua, pero no a mi pueblo de San Sebastian de Yalí porque persisten las amenazas en mi contra» relató Carlos Fornos.
La gravedad de la persecución, el constante asedio y la búsqueda de proteger su propia vida le llevaron a cambiar su estilo de vida y limitar su libertad de expresión, pero no pierde la esperanza que Nicaragua conquistará su libertad.