Pedro Joaquín Chamorro
Luego de encabezar la semana pasada la iniciativa nacional, avalada por 54 organizaciones opositoras rechazando el proyecto de reformas electorales de la bancada oficialista en la Asamblea Nacional, Ciudadanos por la Libertad presentó formalmente el lunes sus observaciones a la contrarreforma ante la Comisión Especial de carácter Constitucional dictaminadora de la AN y al mismo tiempo llevó su propuesta de reformas electorales indispensables para unas elecciones libres, transparentes, observadas y por ende, con legitimidad.
Si las observaciones y la propuesta serán o no tomadas en cuenta, está por verse, pero considero que es un gesto positivo y por lo menos se deja constancia histórica sobre este importante capítulo sobre el cual dependerá la legitimidad de las elecciones del próximo 7 de noviembre.
Aunque ya se han hecho públicas y han sido ampliamente rechazadas por toda la oposición democrática, nacional y la diáspora nicaragüense, en síntesis Ciudadanos por la Libertad objeta, entre otras, que la propuesta oficialista: mantiene el bipartidismo en la composición de los organismos electorales; pretende limitar la modernización del sistema electoral a la utilización de internet en algunos procesos como la integración de ternas para los órganos electorales; elimina la consulta con las organizaciones civiles pertinentes en el proceso de elección de magistrados; ignora la demanda de la observación electoral debidamente acreditada legalizando el término “acompañamiento electoral”.
Otro punto es que amplía los márgenes de discrecionalidad del Consejo Supremo Electoral otorgándole facultades en la totalidad de las normativas, reglamentos, procesos y manuales electorales; legaliza la práctica anómala de otorgar la representación legal del CSE a su vicepresidente; mantiene la inconstitucional sanción de retirar del padrón electoral a los ciudadanos que no hubiesen votado en las dos elecciones anteriores; elimina la fotografía como parte integrante del padrón electoral lo que dificulta su auditoría por parte de los ciudadanos y partidos que participen; impone nuevas restricciones a la libertad ciudadana de reunión; establece nuevas restricciones a la libertad de expresión al prohibir la denuncia de irregularidades electorales; impone nuevas restricciones financieras a las campañas al prohibir las donaciones de nicaragüenses en el exterior.
La contrarreforma además incorpora el estado policial imperante al proceso electoral al exigir tramitar los permisos directamente con la policía y no con el CSE; brinda incentivos financieros para la participación de micro partidos eliminar el requisito del 4% para el reembolso electoral a micro partidos; la propuesta oficialista no implementa el voto de los ciudadanos nicaragüenses en el exterior en la próxima elección; no establece un procedimiento para garantizar las copias legibles de las actas a todos los fiscales; y como si fuera poco, otorga al CSE facultades discrecionales para la aplicación de nuevas limitaciones los derechos de participación política. Al incorporar las tres leyes represivas dictadas recientemente, deja la participación de cualquier candidato a elección popular prácticamente a la discrecionalidad del CSE.
La propuesta de CxL entre otros puntos, elimina el control bipartidista de los órganos electores; la figura del “Coordinador del Centro de Votación”; restablece las jornadas de verificación ciudadana; la obligación del CSE de mantener abiertas oficinas de cedulación en todos los municipios del país; la obligatoriedad del CSE de publicar el padrón fotográfico y entregarlo a los partidos políticos; eliminar la exclusión ciudadana del padrón a quienes no hayan votado en las dos elecciones anteriores; establece un mandato claro para que los nicaragüenses residentes en el exterior puedan votar el próximo 7 de noviembre; la publicación en tiempo real en el sitio web del CSE de los resultados junta por junta; garantizar copias legibles a todos los fiscales.
En fin, el documento de 10 páginas que entregó el lunes la delegación del partido Ciudadanos por la Libertad a la Comisión Constitucional para las Reformas Electorales contiene todo lo necesario para revertir a tiempo el fiasco de la contrarreforma propuesta recientemente por el oficialismo. Está por verse si por esta vez la dictadura exhibirá su tìpica arrogancia, o el pragmatismo y sentido común que demandan los tiempos.
El autor es periodista, ex ministro y ex diputado