Hermanos nicaragüenses:
La pandemia del COVID 19 ha generado una crisis mundial sin precedentes, y Nicaragua debe afrontar esta nueva amenaza en un contexto nacional, caracterizado por el ejercicio dictatorial del poder, la represión y el deterioro de la economía.
Sin embargo, todos los nicaragüenses debemos estar orgullosos de la capacidad que estamos demostrando como pueblo, al asumir en nuestras manos la responsabilidad de prevenir la propagación del COVID 19.
Ante todo, cada uno de nosotros debe estar agradecido con quienes están aplicando las acciones de prevención y han postergado sus actividades sociales, económicas y familiares para quedarse en su casa.
Y debemos estar más agradecidos aún con quienes garantizan mediante su trabajo la salud, la producción de alimentos y el abastecimiento de productos y servicios básicos, y por eso no pueden quedarse en sus casas.
Los trabajadores de la salud, los del sector comercial, especialmente los miles de pequeños negocios en cada barrio y comunidad, los agricultores y los transportistas merecen toda nuestra gratitud y apoyo.
Pero para superar los retos que nos esperan en las próximas semanas es necesario que nos unamos y asumamos mayores responsabilidades no sólo para protegernos, sino para ayudar a los más vulnerables y mejorar nuestra capacidad como país frente a esta pandemia.
Todos los sectores e instituciones debemos ponernos a la altura de esos nicaragüenses que ya están haciendo esfuerzos concretos para evitar la propagación del COVID 19 y para que sigamos contando con lo necesario para subsistir.
La falta de coordinación intersectorial que ha caracterizado el abordaje de la crisis en Nicaragua durante esta etapa inicial, debe ser superada. Mitigar el inevitable impacto de esta pandemia en la salud y en la economía de las familias, requiere acciones concretas, efectivas, incluyentes y ejecutadas con un alto grado de coordinación y responsabilidad.
Sabemos que es muy difícil implementar este tipo de acciones después de dos años de represión y polarización política, y careciendo de instituciones y normas de convivencia democrática.
Pero, sin abandonar las tareas que demanda la lucha cívica para recuperar la libertad y la democracia, hoy tenemos el deber urgente de trabajar para proteger la vida y la salud de los ciudadanos, que debe ser la prioridad, no sólo de quienes están en el gobierno, sino de todos los que hemos asumido algún tipo de liderazgo en las organizaciones políticas, gremiales, religiosas y de sociedad civil.
No es aceptable que en Nicaragua asumamos esta pandemia como una medición de fuerzas, con posiciones alejadas de la realidad, mientras la supervivencia de miles de nicaragüenses está en riesgo.
Esta es una crisis de salud pública, en la cual las decisiones que se tomen deben estar basadas, por sobre todas las cosas, en los criterios y recomendaciones técnicas de los expertos, teniendo como única prioridad salvar vidas y evitar un mayor empobrecimiento de las familias nicaragüenses.
Es necesario unir esfuerzos, delimitar acciones, disponer recursos humanos y financieros, compartiendo conocimientos y capacidades para alcanzar un objetivo que nos une más allá de cualquier diferencia: proteger la salud y la vida.
Para contribuir a este esfuerzo, Ciudadanos por la Libertad, además de la campaña educativa en redes sociales, está organizando una red de voluntarios para llevar medidas de prevención y en algunos casos insumos a comunidades con dificultades económicas o de acceso.
Al mismo tiempo estamos desarrollando plataformas tecnológicas digitales que nos permitan seguir avanzando en las tareas de capacitación de liderazgos locales y organización para la defensa del voto y la participación ciudadana.
Es tiempo de acciones, de asumir responsabilidades y, principalmente, de demostrar la unidad que tanto necesitamos para construir una Nicaragua mejor en todos los aspectos.
Por esta razón consideramos urgente la integración de una Mesa Nacional Multisectorial, que diseñe e implemente propuestas consensuadas, efectivas y acordes a la realidad del país, para las cuales cada sector aporte sus capacidades con el objetivo de generar acciones concretas, que permitan atenuar el inevitable impacto sanitario, social y económico de la pandemia y evitar que provoque daños irreversibles en las personas y grupos más vulnerables.
Algunas de las acciones que proponemos ejecutar mediante esta Mesa Nacional Multisectorial son:
- Una campaña informativa de prevención y detección temprana.
- La Creación de una Red de Voluntariado social y económico.
- La coordinación entre instituciones privadas, públicas y humanitarias.
- El abastecimiento de insumos médicos para instituciones de salud; así como de alimentos, agua e implementos de limpieza a las comunidades.
- Un plan de protección a los sectores más vulnerables, tales como ancianos, personas con discapacidad y presos.
- Y la creación de un Fondo Nacional de Emergencia con recursos públicos y privados.
En los momentos difíciles de nuestra historia, los nicaragüenses siempre hemos sabido actuar con valentía y demostrar nuestra calidad humana.
Hoy, además de protegernos frente a esta pandemia, es necesario unirnos nuevamente para apoyar a quienes más lo necesitan y garantizar que todos juntos podamos enfrentar esta crisis.
Managua, 25 de marzo de 2020.