La vida de un educador en Nicaragua, es un apostolado, por ser mal pagado y sacrificado, dice Vicente Martínez, un maestro de generación, que por más de 30 años de su vida se la dio al magisterio.
Martinez, conocido como “chentillo” hoy alejado de las aulas de clases y dedicado al trabajo partidario desde Ciudadanos por la Libertad, confiesa que la docencia es un “trabajo muy lindo”, porque entregan el “pan del saber” a cada alumno.
Originario de Terrabona, pero residente desde los años setenta en Masaya, donde estudió secundaria y luego la universidad, chentillo, lamenta que la educación ha desmejorado mucho en Nicaragua, porque el Ministerio de Educación está más preocupado por la parte cuantitativa que la calidad de la educación.
Don Vicente, valora la docencia como un trabajo noble y de vocación, porque ser maestro “no solamente es dar clase, porque clases puede dar cualquiera, pero convivir y compartir con los jóvenes es diferentísimo”, dice.
“Cuando yo miraba un alumno triste, yo pensaba, está enfermo del alma o está enfermo del cuerpo, inmediatamente uno como maestro acompaña al joven al Centro de Salud o a la iglesia” .
En sus tiempos de profesor “se enseñaba y se educaba”, ahora cuestiona, “no se sabe, si se educa, o se enseña, porque los tiempos han cambiado”.
Actualmente el Ministerio de Educación está más preocupado por “aprobar alumnos” y está más atento del rendimiento académico de los alumnos para que no reprueben.
“Ahora en los últimos años ya no hay alumnos aplazados, por eso el nivel de educación ha desmejorado mucho” insiste.
Anécdota en su vida en el magisterio
A lo largo de sus 30 años dedicados al magisterio, don Vicente tiene muchas anécdotas que le pasaron con los alumnos, como el caso de un estudiante de sexto grado que castigó a fajazos.
“Fue un alumno muy difícil que me agotó la paciencia y lo castigué, el día siguiente llega su abuela y entra al aula de clase y me pregunta que si le había pagado a Sergio, su nieto, yo le dije si señora, porque no lo soportaba y ella me dijo: vengo a decirle profesor que lo mate, yo pongo el ataúd , ni yo lo aguanto, mátelo” recuerda en carcajadas este maestro jubilado.
Fundador de un colegio en Masaya
Durante su paso como docente, el profesor Vicente, fue director de varios centros educativos, entre ellos fundó el Colegio Cervantes de Masaya, con el apoyo de dos amigos.
“Este local era un bar- restaurante, llamado champagne che ché bar” recuerda con orgullo